Por Paula Rincon
Te entiendo… Entraste al gimnasio, te uniste al reto del trabajo de hacer zumba todos los jueves e incluso has ido a un par de sesiones introductorias de CrossFit, pero no estás perdiendo kilos. ¿Por qué?
Sin saberlo, esas cosas del día a día pueden estar contribuyendo en tu imposibilidad de bajar de peso… Incluso pequeños hábitos que aparentemente no tienen relación con la pérdida de peso, pueden estar saboteando tus mejores esfuerzos de adaptación.
1. Recuerda que no todas las calorías son iguales
Ya hemos explicado cómo la ingesta de carbohidratos, y en especial ciertos tipos de carbohidratos a diferencia de otros tiene diferentes efectos hormonales en el cuerpo.
Los carbohidratos en general son el macronutriente más insulínico de todos. Lo cual significa que es el que más promueve la segregación de insulina, la cual es esa hormona que ayuda al cuerpo a entender que debe almacenar energía. Dicho en términos simples, engordar.
La razón por la que recomendamos que enfatices tu ingesta calórica mediante la grasa no sólo es porque es el macronutriente menos insulínico de todos, en comparación con la proteína y los carbohidratos.
La grasa también tiene un efecto reducido en otra hormona importante” la grelina.
Recientemente un estudio de Yale publicó que el simple hecho de pensar en comer “ligero” estimula la segregación de grelina. Esto es importante, ya que la mayoría de gente que se ejercita con ansias de bajar de peso adopta dietas “saludables”, compuestas en su mayoría de ensaladas y snacks hipocalóricos.
Como la grelina da la sensación de estar menos lleno, cabe la posibilidad que el metabolismo incluso se haga más lento, según los investigadores. Como recomendación, los autores del estudio aconsejan elegir alimentos como nueces y queso, en vez de ensaladas de lechugas. Curiosamente lo que aconsejan comer es mayoritariamente grasas.
2 ¿Anticipas mucho tu entrenamiento?
Al otro lado del espectro, un estudio francés encontró que el simple hecho de pensar en el ejercicio puede hacer que las personas coman un 50% más. Esto se debe, argumentan los investigadores, a que la gente supone que el próximo entrenamiento les da licencia para atragantarse con los famosos pre-workouts: Malteadas, barras, frutas, de todo se ha visto.
Si esto no te ocurre a ti, o al menos no eres aún consciente de ello, mira a algún conocido que entrene intensamente. Verás como se permite comer en exceso debido a la exigentes rutina que le espera.
¿Has intentado entrenar sin nada en el estómago? ¿Qué tal un poco de pesas en ayunas? El no comer nada antes de entrenar no va a hacer que te desmayes, a no ser que vayas a participar en una maratón o sufras de alguna condición importante.
De hecho hay quienes SOLO ENTRENAMOS EN AYUNAS. El rendimiento al entrenar en ayunas es algo en lo que podemos ahondar más adelante… ¿Te parece? Déjame un comentario abajo.
3 ¿Qué tanto duermes?
En especial en una época que premia las largas jornadas de trabajo y la capacidad de funcionar con pocas horas de sueño, es importante que priorices el sueño si quieres que tus esfuerzos en el gimnasio se noten.
Un estudio publicado en The American Journal of Clinical Nutrition encontró que las mujeres que duermen menos de cuatro horas al día tienden a comer más calorías al día. Los investigadores atribuyen este patrón a que la falta de sueño es un estrés que pone al cuerpo en alerta, inhibiendo el equilibrio energético.
Si ya llevas 3 noches queriendo tirar el despertador a la pared cada mañana, es hora de que activamente empieces a irte a dormir unas horas más temprano de lo que lo llevas haciendo. Si en cambio, despiertas sin necesitar una alarma y te levantas sintiéndote renovada y recargada, puede que estés durmiendo lo suficiente.
Puede que seas de las que necesita 9 o hasta 10 horas de sueño al día. Permítetelo. Si el resto del mundo duerme (y es premiado por dormir) sólo 5 horas diarias, haz el esfuerzo de desconectarse antes que todos lo hagan. Sobre todo si estás entrenando religiosamente.
4 La obvia… El estrés
El ajetreo diario, el plazo límite de entrega del proyecto, los niños, el vecino incómodo o los problemas financieros. Todos estos son factores que pueden contribuír a un aumento en nuestro peso y a fracasar al querer perderlo. Esto se debe a la hormona del estrés llamada cortisol, que puede aumentar la cantidad de grasa que se almacena en el cuerpo.
Dentro de las formas naturales de reducir los niveles de estrés se encuentra la meditación, la reflexología, en incluso acudir a rituales en casa, como el baño en sales de Epson, con aromaterapia o incluso aceites esenciales. La música, un café y un buen libro o una conversación con un buen amigo a veces son suficiente.
5 ¿Puede ser que hayas llegado a un plateau?
Alcanzar un plateau se presenta como una experiencia diferente para todo el mundo.
Muchas personas que llevan haciendo ejercicio por unas cuantas semanas alcanzan un punto en el que parece que no pueden avanzar más en su progreso. Mientras que otras pueden llevar una plan sin mayor variación en el por meses y seguir viendo resultados.
En general, si tu entrenamiento se compone siempre de los mismos ejercicios, la misma resistencia (es decir, el mismo peso), el mismo estímulo (digamos si sólo sales a trotar, o a nadar o sólo haces spinning), o la misma intensidad (elevas tu ritmo cardiaco siempre a al mismo nivel), es probable que alcances tu plateau al cabo de unas cuantas sesiones.
Incluso personas que aumentan progresivamente de peso semana tras semana corren el riesgo de estancarse. Por ello, los más pro recurren a técnicas de periodización e incluso incluyen una que otra sesión HIIT entre sus sets.
Hay una razón por la que existen entrenadores. Ellos están capacitados para ayudarte a superar estos obstáculos que son completamente normales. Pero en la mayoría de los casos, si eres principiante, el simple hecho de variar tu rutina va a poner a tu cuerpo en un estado de confusión suficiente para desestancarse y empezar a ver resultados nuevamente.
De hecho, nuestro programa Si C Puede puede ser todo el cambio de rutina que necesitas para empezar a notar el cambio de figura que dejaste de ver desde hace algún tiempo.
6 ¿Cuándo fue la última vez que visitaste a tu médico?
Muchas veces puedes esforzarte mucho, hacer tus rutinas al pie de la letra, y cambiarlas para evitar plateaus. Sin embargo, puede que tengas que descartar un tema metabólico u hormonal que sea necesario tratar y resolver con un médico.
Te recomendamos que consultes con un profesional de la salud rutinariamente.
¿Sientes que corregir alguna de estos saboteadores puede volver a ponerte en ese fat-burning-mode que tanto buscas? Déjame tu comentario contándome cuál de las 6 es la razón más importante que crees está impidiendo tu progreso.
Me interesa tu situación para ayudarte a resolverla!